Dickensiana II
Tengo muy poco que decirte. Es complicado preguntarte lo que sientes si rara vez se está cerca de ti. Veo tu guerra, más bien la intuyo, a veces me la cuentas. La narras como si supieras de antemano el marcador, sin embargo, bajo la determinación de tu voz yace el llanto que nunca has llorado. Yo no lloro, es lo que uno mismo se dice para ahuyentarse las lágrimas. Mas son tan esenciales como la risa misma; quien bloquea sus expresiones de tristeza es tan débil como quien bloquea sus expresiones de alegría. ¿Cuánta fortaleza habrá en un cuerpo que se desmorona al paso del flujo natural de emociones? No llores, te recuerdo ordenándome. Más tarde aprendí a darme la orden yo misma, me creí que no lloraba, tanto como me creí que llorar no me gustaba. Hasta que ayer me di cuenta de que, frente al hombre amable que hablaba de mis ojos, dejé pasar un llanto que de pronto sentí encharcado en el fondo de un alma ahogada de silencio y protocolo. Ese silencio que nos mandan guardar para no ofender con el estruendo de la verdad y ese protocolo que nos manda complacer y buscar ser complacidos con una actitud agradable porque falsa. Siempre será más fácil mostrar gusto por lo falso porque lo hay entre cualquier gente y en cualquier lado, y todos hablan ese idioma simulado. Es cuando comenzamos a descubrir lo auténtico que, de repente, de cierto modo, ya no encajamos. Yo nada tengo que darte, acaso la seguridad de que todo va de paso, que tras acostumbrarte a tu propia claridad todo recobrará su lugar. No será como antes, nunca será como antes: de eso trata.
Dejarás de saberlo todo, dejarás de planearlo todo, dejarás de lograrlo todo, dejarás de esperarlo todo, sólo quedarás tú y la esperanza de que nada vuelva a ser como tú quieres.
Que cada día sea sorpresa
y tu curso inesperado permanezca oculto en el futuro.
Que cada paso sea incierto
y tu camino accidentado y lleno de
r e s g s
i .
o
Dejarás de saberlo todo, dejarás de planearlo todo, dejarás de lograrlo todo, dejarás de esperarlo todo, sólo quedarás tú y la esperanza de que nada vuelva a ser como tú quieres.
Que cada día sea sorpresa
y tu curso inesperado permanezca oculto en el futuro.
Que cada paso sea incierto
y tu camino accidentado y lleno de
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