Atrapasaudades
masquierohuirmascercamesiento
La verdad es que poco pienso en ti. Más verdad es todavía que te siento seguido. Es un lenguaje distinto, es quizá más sincero. Es como un soplo, un susurro, algo ligero. Es cuando noche lloviznada o cuando día caluroso. Como si me llamaras y pudiera voltear a contestarte, a ti, asomado desde una puerta medio despintada que separa una cocina de una estancia con una mesa y cuatro sillas destartaladas con vista a una avenida transitada. Es despertar un poquito al sueño que me daba junto a ti en las tardes de calma.
Nadie quería saber ya de nosotros, yo tampoco. ¿Te fijas? Todo ese desencuentro no fue accidente, fue el destino del que corrimos. O eso fue lo que creí porque veo al pájaro de plumas rojas en la calle y a ti te veo hasta en la sopa. Iba a ser así desde el minuto de franqueza en que me dije a mí misma lo mucho que le gustas a mi corazón. El resto de mí no sabe / no contesta.
Mas, cada vez que ando en busca de islas, me mudo y te encuentro siempre en los cimientos, bajo el piso de la casa blanca con ventanas de madera en la que viviré. Ojalá fueras arena entre mis manos para quedarme solamente con un granito de ti, polvo de estrellas, estrellas de mar, polvo del corazón-coraza que en esos días cargábamos sobre nuestro pecho. Sólo un granito de ti, para devolver al mar todos estos caracoles que cantan completas las canciones que tú tarareabas.
Apenas escribo 'noche lloviznada es de ti' y comienza a golpear agua de Zicatela en mi ventana pidiéndome que abra. ¿Que abra las persianas o las ventanas? Abro el libro dos páginas después de donde el separador está, página mil ciento ochenta y uno. Ya olvidé como no reírme de ambos. Si llegaras a saber cómo se me alegra el día entre tanta discrepancia: el silencio tiene los volúmenes altos y vemos lo que no está.
Adiós, corazón.
masmealejomastecomprendo
- Diana Aisenberg, Arte