Oraçao - A banda mais bonita da cidade
(sencillo, 2011)
Meu amor,
Meu amor,
Essa é a última oração
Pra salvar seu coração
Coração não é tão simples quanto pensa
Nele cabe o que não cabe na dispensa
Cabe o meu amor,
Cabem três vidas inteiras,
Cabe uma penteadeira,
Cabe nós dois,
Cabe até o meu amor...
A banda mais bonita da cidade se convirtió en una de las más vistas de Youtube en tan sólo unas semanas, al día de hoy este video casi alcanza los 8 millones de visitas partiendo desde mediados de mayo. A comienzos del año el proyecto inició vía internet y de la misma forma es como ha mantenido su popularidad al grado de ser considerados elemento importante de los Novos Curitibanos, un movimiento musical paralelo al Novos Paulistas -del que participan Tîe, Thiago Petit y Tulipa Ruiz-, también algo independiente pero con acento sureño y una estética de sabor a Beirut. Oraçao fue la tercera canción que subieron a la red en búsqueda del codiciado título de éxito del verano y pronto lo lograron. Su fama sobrepasó las fronteras brasileñas para ir a parar al Viejo Continente en cuestión de días. Era cosa de tiempo, de poco tiempo, algo extraño para una banda sin producción discográfica previa.
Y sí, la letra se repite durante 6 minutos. Sin embargo, cada vez transmite un matiz nuevo, una sensación distinta: a veces esperanza, otras resignación, una soledad, la siguiente alegría. Lo sencillo de la melodía deja la puerta abierta al performance, una interpretación que encuentra sus variables en la integración de los instrumentos y la armonía de los sonidos. Acompañada del video es todavía más ilustrativa la intención, eso que llaman el feeling.
La idea del amor como oración es de las cosas más bellas que he oído en estos días, de las más bellas y de las más acertadas. En ocasiones, lo cansado de amar viene de que el amor mismo nos sobrepasa, que da la apariencia de no caber más en nosotros, que el corazón parece exigirnos más para el otro de lo que nos gustaría darle y eso termina por sentirse como un robo a voluntad desarmada. Y cuando trata de ese amor que se trunca por puras circunstancias, porque la vida, porque pasa, porque amar no siempre es razón suficiente para permanecer juntos. Mas, el amor es tan raro, tampoco estar separados resulta razón suficiente para que el corazón se detenga como lo haría un reloj de cuerda. Igual pesa el amor que no se da que el amor que no se corresponde.
Pero si ese amor se convierte en oración, si ese amor deja su pasividad y se transforma en un profundo y sincero deseo de bien, uno puede despreocuparse con tanto gusto que termina por querer cada día más de lo planeado.
Y cuando el amor se sabe libre,
caben todas las posibilidades
de que la libertad sepa amar.
Y para esto
hasta el final del verano
es temprano.
Cabe nós dois,
Cabemos los dos.