Tau
Viniste, viniste, viniste. Con tus pasos de paz, con tus cantos de Cielo. Contigo es verdad toda mi esperanza. Me has ofrecido lo más sencillo y me lo has entregado todo, tú dices que es lo mismo pero saben poco mis años para lo mucho que he recibido. Mas tú no me juzgas, ni por mi tiempo ni por mis silencios, antes bien, te inventas rimas para llamarme. Camina que te quiero seguir, así tan descalzo, por campos y mares. En el instante justo en que abrí este puerto-corazón, te has atrevido a buscar a esta mujer que apenas aprende que hay algo más allá de la justicia y la sabiduría. Eres todo amor y traes florecillas al jardín. Te recibo con la sonrisa agradecida y el pecho lleno de serenidad. Saludas al Sol, al agua y al viento. Te busco y me encuentro y me encuentras y me vuelves a buscar. Tanta belleza sólo es posible en humildad, ¿cómo dejo de mirarte si eres sueño cuando duermo y realidad al despertar?
- Hermana -me dices-, ten paciencia porque es más lo que te enamorarás.