12 Deseos
Tantas cosas detrás de las que corrimos como locos para conseguir reunirme contigo en un altar con un vestido muy bonito y flores en las manos, tantas preguntas que nos hicimos y tantas respuestas sin cantar. Yo buscaba que esa ceremonia nos hiciera más fuertes y más libres y tú querías un amor que te aceptara con debilidades y que te esperara todas las noches. Así es como realmente se rompe el corazón: con amor inmenso e imposibilidad de compartirlo. Todo ese rechazo y esas mentiras, las palabras dichas y las disculpas mudas me mataron la parte del alma que te anima a sostenerle la mirada a los enemigos y a lanzarte por los dulces de la piñata. El día que me asaltó la debilidad me susurras desde otro continente que pida perdón por haberme tragado su veneno. Olvidaste que es la duda, no la autoridad, la que exige obediencia: Ama y haz lo que quieras.
Me pediste que estuviera para siempre y tomaste un avión a una parte del mundo sin mí. Por eso me hago una lista de deseos, para recordarme que no puedo atravesar el Atlántico —así como así— para abrazarte, porque iría a buscar lo que eras cuando te veía y no lo que eres cuando me quedo dormida.
1. Que no seas un idioma que olvido o el único en que no me entiendo, aunque ya no sirva aprender más palabras para encontrarte, aunque hablarlo sea como gritar en medio de un desierto porque la única voz que no responde es la tuya.
2. Que no seas las canciones tan lindas que me recuerdan las horas que pasé viéndote mientras manejabas, aunque no me sabía la letra y nunca aprendí a cantarlas, aunque no sepas que no me gustaba tanto la música como tu alegría al tararearlas.
3. Que no seas la piel más suave que he acariciado, aunque a veces sintiera tanto miedo de que tocaras la mía, aunque haya olvidado los caminos que trazaba entre tus lunares y me haga sentir eso tan perdida.
4. Que no seas panes de chocolate recién hechos ni helados ni magdalenas, aunque no los pueda comer ahora sin decepcionarme porque no saben a besos, aunque pueda comerlos con alguien más porque contigo ya no puedo y sin ti es puro anhelo.
5. Que no seas las siestas de verano en que solamente tú soñabas algo, aunque te gustaran tanto, aunque fueran un poco de calma porque también se convertían en calamidad cuando me encerraban las horas en que necesitaba sentir el sol para sentirme como en casa.
6. Que no seas una sabiduría tan compasiva, aunque haya aprendido de ti a escuchar el corazón mío y de quienes me hablan, aunque agradezca todas las veces que me hizo sentir acompañada porque también hubo momentos en que me pediste que soportara el desprecio en nombre de la perseverancia confundida con pasividad disfrazada.
7. Que no seas las palabras más bellas que he oído, aunque te admiro por ellas todavía, aunque me dieron una paz inmensa en el pasado cuando me estallaba el pecho de desesperación, al grado en que se adormecía mi instinto, el que tantas veces me salvó de la crueldad de quienes ven en mi feminidad un peligro.
8. Que no seas un país entero ni un punto en todos los mapas, aunque me gustaba saberme cerca al ver una bandera, aunque te hubieras convertido en mi tierra, la única que tuve desde pequeña, porque ahora he vuelto a ser siempre extranjera.
9. Que no seas el hombre más guapo ni el más gentil ni el más paciente que he conocido, aunque me diga por las noches que no estaré sola, aunque a ellas las acompañaras en su camino a casa cuando yo tenía que ir sola a la mía, aunque haya vivido más tu ausencia y haya tenido que recordarte con fotografías.
10. Que no seas lo que no pudiste regalarme, aunque no quería todo de ti, aunque digas que todo lo que tenías me lo entregaste, porque desde que empezamos a pisar los aeropuertos hubo velitas de cumpleaños sin apagar y sin festejos y nunca más fuimos a bailar.
11. Que no seas un plan con calendario, aunque digas que la meta era yo, aunque yo también me lo dijera para soportar la soledad de las horas en que, mientras dormías, yo estaba despierta, porque pasaron muchas mañanas con sus tardes y ni una de ellas estuviste más cerca.
12. Que no seas el dolor que me detiene la respiración, aunque creas que soy yo quien ha obtenido lo que quería, aunque siga esperando que despiertes y te inventes un camino distinto, uno que puedas andar conmigo sin pedir permiso y que también sea muy mío.
Mi corazón te busca todos los días y se inventa historias —nada ciertas— que te traen de vuelta. O de ida, si quisieras arriesgarte con un itinerario distinto. Porque si no, olvido lo sola que me sentía, e imagino que si te encuentro de nuevo se me cerrarán todas las heridas. Como si no hubiera roto mi propio corazón para convencerme de que un día todo cambiaría, como si no hubiera regado mi casa con lágrimas intentando encontrarle flores al futuro que me proponías, como si no supiera que
tú
jamás abandonas
lo que amas
Me pediste que estuviera para siempre y tomaste un avión a una parte del mundo sin mí. Por eso me hago una lista de deseos, para recordarme que no puedo atravesar el Atlántico —así como así— para abrazarte, porque iría a buscar lo que eras cuando te veía y no lo que eres cuando me quedo dormida.
1. Que no seas un idioma que olvido o el único en que no me entiendo, aunque ya no sirva aprender más palabras para encontrarte, aunque hablarlo sea como gritar en medio de un desierto porque la única voz que no responde es la tuya.
2. Que no seas las canciones tan lindas que me recuerdan las horas que pasé viéndote mientras manejabas, aunque no me sabía la letra y nunca aprendí a cantarlas, aunque no sepas que no me gustaba tanto la música como tu alegría al tararearlas.
3. Que no seas la piel más suave que he acariciado, aunque a veces sintiera tanto miedo de que tocaras la mía, aunque haya olvidado los caminos que trazaba entre tus lunares y me haga sentir eso tan perdida.
4. Que no seas panes de chocolate recién hechos ni helados ni magdalenas, aunque no los pueda comer ahora sin decepcionarme porque no saben a besos, aunque pueda comerlos con alguien más porque contigo ya no puedo y sin ti es puro anhelo.
5. Que no seas las siestas de verano en que solamente tú soñabas algo, aunque te gustaran tanto, aunque fueran un poco de calma porque también se convertían en calamidad cuando me encerraban las horas en que necesitaba sentir el sol para sentirme como en casa.
6. Que no seas una sabiduría tan compasiva, aunque haya aprendido de ti a escuchar el corazón mío y de quienes me hablan, aunque agradezca todas las veces que me hizo sentir acompañada porque también hubo momentos en que me pediste que soportara el desprecio en nombre de la perseverancia confundida con pasividad disfrazada.
7. Que no seas las palabras más bellas que he oído, aunque te admiro por ellas todavía, aunque me dieron una paz inmensa en el pasado cuando me estallaba el pecho de desesperación, al grado en que se adormecía mi instinto, el que tantas veces me salvó de la crueldad de quienes ven en mi feminidad un peligro.
8. Que no seas un país entero ni un punto en todos los mapas, aunque me gustaba saberme cerca al ver una bandera, aunque te hubieras convertido en mi tierra, la única que tuve desde pequeña, porque ahora he vuelto a ser siempre extranjera.
9. Que no seas el hombre más guapo ni el más gentil ni el más paciente que he conocido, aunque me diga por las noches que no estaré sola, aunque a ellas las acompañaras en su camino a casa cuando yo tenía que ir sola a la mía, aunque haya vivido más tu ausencia y haya tenido que recordarte con fotografías.
10. Que no seas lo que no pudiste regalarme, aunque no quería todo de ti, aunque digas que todo lo que tenías me lo entregaste, porque desde que empezamos a pisar los aeropuertos hubo velitas de cumpleaños sin apagar y sin festejos y nunca más fuimos a bailar.
11. Que no seas un plan con calendario, aunque digas que la meta era yo, aunque yo también me lo dijera para soportar la soledad de las horas en que, mientras dormías, yo estaba despierta, porque pasaron muchas mañanas con sus tardes y ni una de ellas estuviste más cerca.
12. Que no seas el dolor que me detiene la respiración, aunque creas que soy yo quien ha obtenido lo que quería, aunque siga esperando que despiertes y te inventes un camino distinto, uno que puedas andar conmigo sin pedir permiso y que también sea muy mío.
Mi corazón te busca todos los días y se inventa historias —nada ciertas— que te traen de vuelta. O de ida, si quisieras arriesgarte con un itinerario distinto. Porque si no, olvido lo sola que me sentía, e imagino que si te encuentro de nuevo se me cerrarán todas las heridas. Como si no hubiera roto mi propio corazón para convencerme de que un día todo cambiaría, como si no hubiera regado mi casa con lágrimas intentando encontrarle flores al futuro que me proponías, como si no supiera que
tú
jamás abandonas
lo que amas
Car là où est ton trésor, là aussi sera ton coeur.
¿Dónde estaba tu tesoro
para que no esté aquí tu corazón?