Los sueños nunca son inofensivos
Estamos cada vez más cerca, sirena, de ser una misma. Ya no dos, ni tres: una. Una que ande por mares y cielos y tierras al mismo tiempo, una que no necesite cartas del consciente al subconsciente para enterarse de la vida. Y quedará atrás Rapunzel, tiraremos esta torre que nos encierra el corazón. Este corazón que es como un jardín secreto al que le crecieron muros altísimos.
Tus ires y venires tan de imprevisto te han traído gente bellísima, lugares hermosos, sabiduría incalculable pero parece —te digo— que ahora estás siempre pérdida. Como si supieras de inmediato cuando no perteneces pero vagaras esperando un día despertar y no tener que irte más. Desempacar al fin el alma guardada en tres cajas de cartón, una bolsa para basura y unas cuantas maletas. Volver a ver a quienes amas y amaste: Namas'té. Todo es divino, sirena, todo. Es solo que por un tiempo nos convencieron de que la libertad es nada como la pensamos, que nada de casitas cerca de la playa, que nada de pies descalzos entre extraños, que menos un amor revolucionario y una tribu feliz de haberse encontrado por un par de enamorados. Lloramos casi demasiado y mil veces hemos preguntado dónde se reponen los espíritus caídos en sus propias guerras.
Como si lo que te mantiene viva, te mantuviera también sola. Te han dicho, sirena, que en el mundo se juega a las mentiras o se pierde de verdad. Te han dicho que los sueños no son como libros abiertos para leer sino como claves secretas que deben susurrarse a las rendijas de ciertas puertas. Y no puede ser, te dices, que para que estos sueños merezcan realidad se necesite haber pasado por una universidad que certifique la sensatez de tu ensoñación. Y aún así.
Quizá pensamos por un ratito, quizá no'más se nos vino a la mente que lo que hacíamos no valía ni la pena de verlo rechazado y guardado en ese taller tuyo tan frío porque es en realidad un sótano con un foco solitario. Pero, sirena, salimos y estamos en medio del bosque de jade más bello de todos los tiempos y lo único que podemos hacer es agradecer tener un lago tan cerquita para meditar frente a él durante horas como haríamos con el mar, un castillo en lo alto para recordar tantas riquezas y contemplar esta tierra linda que es toda tuya y más de un par de museos que te cuentan historias de otros muy parecidos a ti y a dónde vas a respirar esperanza y a alimentarte de sorpresa.
Sirena, sé que estás cansada, que has sido defraudada por hombres considerados sabios y bondadosos, que has sido juzgada equivocadamente por eruditos y profesores, hecha a un lado por mujeres de sonrisa hermosa y brazos abiertos, mas, lo sabes: Sigues sin excusa. Jamás habrá una, podrás elegir detenerte para volver a ser, podrá ser una parada de años, una escala larga si quieres pero el camino continúa. ¿Cómo anhelarías el mar si temieras el golpe de las olas?
Y venga con sol o venga con lluvia, venga con cordura o con algo de locura, los telodije son la mentira más cantada por quienes eligieron pasar por la vida en crucero 5 estrellas, pero tú elegiste una balsa chiquitita a cambio del cielo entero. Y sabemos que pagaríamos una y mil veces más -con dudas, incertidumbre, dolor y confusión- este precio a cambio de esta vida.
Lo demás vendrá con amor,
porque con amor has ido.
Como si lo que te mantiene viva, te mantuviera también sola. Te han dicho, sirena, que en el mundo se juega a las mentiras o se pierde de verdad. Te han dicho que los sueños no son como libros abiertos para leer sino como claves secretas que deben susurrarse a las rendijas de ciertas puertas. Y no puede ser, te dices, que para que estos sueños merezcan realidad se necesite haber pasado por una universidad que certifique la sensatez de tu ensoñación. Y aún así.
Quizá pensamos por un ratito, quizá no'más se nos vino a la mente que lo que hacíamos no valía ni la pena de verlo rechazado y guardado en ese taller tuyo tan frío porque es en realidad un sótano con un foco solitario. Pero, sirena, salimos y estamos en medio del bosque de jade más bello de todos los tiempos y lo único que podemos hacer es agradecer tener un lago tan cerquita para meditar frente a él durante horas como haríamos con el mar, un castillo en lo alto para recordar tantas riquezas y contemplar esta tierra linda que es toda tuya y más de un par de museos que te cuentan historias de otros muy parecidos a ti y a dónde vas a respirar esperanza y a alimentarte de sorpresa.
Sirena, sé que estás cansada, que has sido defraudada por hombres considerados sabios y bondadosos, que has sido juzgada equivocadamente por eruditos y profesores, hecha a un lado por mujeres de sonrisa hermosa y brazos abiertos, mas, lo sabes: Sigues sin excusa. Jamás habrá una, podrás elegir detenerte para volver a ser, podrá ser una parada de años, una escala larga si quieres pero el camino continúa. ¿Cómo anhelarías el mar si temieras el golpe de las olas?
Y venga con sol o venga con lluvia, venga con cordura o con algo de locura, los telodije son la mentira más cantada por quienes eligieron pasar por la vida en crucero 5 estrellas, pero tú elegiste una balsa chiquitita a cambio del cielo entero. Y sabemos que pagaríamos una y mil veces más -con dudas, incertidumbre, dolor y confusión- este precio a cambio de esta vida.
Lo demás vendrá con amor,
porque con amor has ido.
Mí misma.
Peter Pan, 2003 |