¿Melena? Sí, gracias.

Bebió sol mi piel y un colibrí tatuó en mí las constelaciones por las que ahora pasean tus dedos. Suena de dentro tu voz: llamado de caracol al atardecer, anuncio de astro poniente. Acudo con la constancia del vaivén de las olas. Intuyes que soy de mar y eso me hace sonreír al horizonte. Pudiste adivinar lo ya de por sí divino, sólo pudiste haberlo leído con esos ojos de aguamarina que hacen ignición cuando miras de frente. Un día fuiste fuego, eso tú me lo contaste. Quizá el presentimiento de que siempre has estado o la sensación de que acabas de llegar son tan difusos como los fragmentos de luz que viajan en el asiento de al lado y de cuando en cuando dan un salto a mis piernas.

Comienzas a trazar y recorres mi contorno. Sé como lo haces, tienes el tacto inventivo de quien ve la realidad como lienzo. Entonces tomo tu mano abierta que, a contraventana, parece traslucir reminiscencias de vuelo y restos de cansancio. Te quiero (creer). Voy luchando con la sospecha del origen de tanta afinidad. ¿Puede ser? ¿Que tomara yo caminos que creí no eran los míos y por ellos haber terminado-empezando contigo? Que fuimos accidente. ¿O debe ser? ¿Que las decisiones que nunca planeé fueran justo aquellas que nunca pudieron ser otras porque nosotros somos de aquí a donde llegamos y no de ahí de donde venimos? Que fuimos lo que somos.

Sin embargo, hombre, la experiencia me dice que aun al haber estado entre los brazos de alguien, no existe la certeza de haber estado cerca de su corazón. Ojalá el escalón de cielo que llevas a todos esos hombres a quienes les enseñas el amor a la tierra, sea producto de tus latidos y no triunfo de tu orgullo. Te quiero (creer). A momentos me convence tu cabello; baila tan bien con el mío y se siente como agua de río. Entonces te me vienes a la boca y hablas de lo increíble de la hermosura; para mí la belleza es de lo que está hecha la verdad.

Falta aire. Me gustan tus preguntas casi tanto como tus respuestas. Que tengo tantos dones como dudas, es posible. El color que me puse es algo metálico, sí, algo así. Falta aire. Ojalá haya un mañana que sea para ti y para mí. Tomorrow is too late for a love that's true. Falta aire.

Me dio gusto conocerte, dices tú. Medio gusto conocerte (o sea, la mitad de uno, punto cinco, digamos), pienso yo. Sin predicciones, sin convicciones. ¿Que si esto sería un amor? Sólo en el amor es posible tirar los dados mil veces y ganar en mil y una de ellas porque está en él la certeza de que el número que caiga será el indicado para actuar; actuaría inclusive sin necesidad de tirar: el amor es acción y se permite prescindir de explicar. Lo bueno es que ya somos grandes y podemos entender, es la marquesina en su mirada. Si un día entiendo esto como ellos, será que he perdido el rumbo y me instalé en el absurdo.

De pronto habernos conocido se te convierte en una breve escala de fines de invierno a un lugar de palabras bonitas y tinta morena. Viene tu invitación: con todo menos sin promesas.

Pero                              el                                       golondrinas
               tengo                                                                          .
                                           alma                       de                  
                                                             llena                                              
                                                                                           

tú 
de 
girasol.


Todavía tu cabello se siente como agua de río.

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